jueves, 17 de noviembre de 2016

EXPEDIENTE VALLECAS.

    Corría el año 1990 cuando en un día de marzo, ante la ausencia de su profesora, Estefanía Gutiérrez Lázaro decidió hacer una sesión de ouija en el instituto junto a unas amigas. Nada hacía presagiar los terribles acontecimientos que a partir de ese momento se iban a producir. ¿O tal vez sí? De sobra es sabido que la ouija es una forma de contactar o invocar a fuerzas externas a nosotros y que mal practicada puede convertirse en una auténtica pesadilla para las personas que la realizan. Según manifestaron después las amigas de Estefanía allí presentes, una profesora entró en el servicio, lugar donde estaban realizando dicha sesión de ouija. 
 
Tablero ouija.
     La profesora, aterrada por la escena, les arrebató el tablero. En ese momento, el vaso de cirstal en el que las niñas tenían colocado su dedo índice, estalló en mil pedazos, liberando una especie de humo negro que se había formado en el interior del vaso y que acabó introduciéndose por las fosas nasales de Estefanía. A partir de ese fatídico día Estefanía comenzó a tener notables cambios y nunca más volvería a ser la misma.

Estefanía Gutiérrez Lázaro


    Desde esa misma noche comenzaron a darle unos ataques y convulsiones que nunca cesarían y que dejaban a Estefanía rígida, con los ojos en blanco y balbuceando palabras inentendibles. Mientras tanto, Estefanía aseguraba tener visiones nocturnas de gente con aspecto extraño alrededor de su cama, y que cogidos de la mano en forma de círculo la llamaban por su nombre.
    
    El 14 de agosto de 1991 Estefanía fallecía inexplicablemente en su cama. Fue trasladada ya en estado de coma profundo al Hospital madrileño Gregorio Marañón, donde tras la autopsia, los doctores Pedro Cabeza y Gregorio Arroyo certificaron que la muerte había sido "súbita y sospechosa". Pero la pesadilla no había hecho más que comenzar...

Hospital Gregorio Marañón, lugar donde realizaron la autopsia a Estefanía.
  
    La familia Gutiérrez Lázaro residía en la calle Luis Marín, en el barrio madrileño de Vallecas, y a los pocos días de la muerte de Estefanía, una voz durante la noche procedente del cuarto de baño despertó a la familia. 
-"¡Mamá!...¡Mamá!"
La madre, Concepción Lázaro y el padre, Maximiliano Gutiérrez lo tenían claro: era la voz de su hija Estefanía.

Edificio de la calle Luis Marín donde residían y sucedieron los fenómenos poltergeist.


Maximiliano Gutiérrez, padre de Estefanía.
Concepción Lázaro, madre de Estefanía.
    En los días siguientes, la familia entró en pánico, ya que los fenómenos fueron intensificándose. Sentían como una fuerza extraña recorría la casa golpeando cualquier superficie, paredes, muebles y puertas.
    En la madrugada del 19 de noviembre de 1992 la situación se hizo insostenible. Voces, golpes y movimientos de objetos obligaron a la familia a encerrarse en el salón, llegando incluso a colocar una mesa frente a la puerta para sentirse más seguros. Al rato la puerta comenzó a abrirse lentamente, arrastrando incluso la pesada mesa. Maximiliano Gutiérrez, el padre de familia, llamó al 091 y preso de pánico bajó con sus dos hijas y su mujer a la calle. 
    A los pocos minutos una patrulla de la Policía Municipal llegaba al lugar, encontrándose a la familia en la calle, aterrada de miedo. Pero preferían estar en la calle a pesar de que la temperatura en la calle rondaba los 4ºC. Los policías subieron al domicilio y lo que allí presenciaron, de lo que allí fueron testigos, les dejaría marcados de por vida. 
    Parte del historial redactado por la Policía Municipal de Madrid decía lo siguiente:

-"Que se encuentran en situación de misterio y rareza. Que pudieron ver y oír como una puerta de un armario perfectamente cerrada, se abrió de forma violenta y antinatural"
-"Que poco después vieron como en una mesita aparecía de la nada una mancha de color marrón que los policías identifican como unas extrañas babas"
-"Que en una de las habitaciones observaron como un crucifijo de madera se daba la vuelta solo, expulsando de forma repentina al cristo que estaba adherido a el"
-"Que en un póster aparecieron tres arañazos repentinos de forma inexplicable"
-"Que  hay una serie de fenómenos en el interior de la vivienda totalmente inexplicables"

Documento oficial de la Policía sobre los hechos que ocurrían en el domicilio.
Puerta del armario que se abrió violentamente

Foto de Estefanía en el salón de la casa
Foto de Estefanía que ardió sola inexplicablemente
La foto de Estefanía entró en combustión sola.
    Con el tiempo, la familia Gutiérrez Lázaro tuvo que abandonar su casa, ya que estos fenómenos fueron aumentando, llegando incluso a agredir a algunos miembros de la familia.
    Se sabe que esta familia consiguió encontrar la paz y tranquilidad en su nuevo domicilio y que los nuevos inquilinos de esta casa nunca tuvieron ni presenciaron ningún fenómeno extraño.

    Esta historia, real como la vida misma, con informes médicos e informes policiales, demuestra una vez más los peligros del mal llamado juego de la ouija...
     Aquí os dejamos un reportaje emitido por el programa 'Cuarto Milenio' sobre el expediente Vallecas:


    Un saludo para todos y todas y larga vida al misterio...

2 comentarios:

  1. Me ha puesto los pelos de punta... increíble sigue así 👌

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  2. Me ha puesto los pelos de punta... increíble sigue así 👌

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